INNOVA Research Journal 2018, Vol 3, No. 9, pp. 49-62
c) El medio es educativo.
Un tercer momento está vinculado al reconocimiento del potencial educativo del territorio
sociocultural y económico donde se desenvuelven las personas y grupos humanos. Así lo
pusieron de manifiesto los distintos informes internacionales a los que hacíamos referencia
anteriormente, dando lugar a la configuración de las tres categorías que conforman el universo
educativo actual: educación formal, no formal e informal, para representar las múltiples y
heterogéneas prácticas educativas que se estaban implementando al margen del contexto escolar.
Desde esta perspectiva, se concibe que el medio como “un libro abierto que puede leerse
sensorial y cognitivamente, desde las inteligencias múltiples, y que activa las diversas
dimensiones de la educación integral. En definitiva, un espacio de espacios abiertos al
aprendizaje y a la socialización” (Carbonell, 2014, p. 32).
d) El medio es una red educativa.
El cuarto momento, supone un avance cualitativo con relación a la forma de trabajar en el
territorio. Las evaluaciones de los procesos puestos en marcha indican la insuficiencia de la
escuela y, demás entidades, proyectos o influencias educativas de la sociedad en sí mismas, para
dar respuestas eficaces a las nuevas demandas sociales, por lo que hay que avanzar en acciones
que se sirvan de todas las redes de aprendizaje existentes en la comunidad (Mayor y Rodríguez,
2
015). En esta línea de pensamiento van aflorando prácticas educativas donde la escuela y
distintas instituciones públicas y entidades sociales trabajan colaborativamente orientadas por
objetivos comunes: programas de Desarrollo Comunitario, Ciudades Educadoras, Planes
Educativos de Entorno, Comunidades de Aprendizaje…, y los proyectos de Aprendizaje-
Servicio, una práctica educativa sustentada en una doble intencionalidad: pedagógica y social,
que ha servido como marco teórico del proyecto objeto de indagación que analizamos en este
estudio.
Aprendizaje-Servicio: una práctica educativa de naturaleza compleja
Indagando en los albores del siglo XX podemos identificar a diferentes autores,
postulados teóricos y prácticas que configuran las distintas líneas de intersección o itinerarios
que dibujan este universo en construcción. Diversos estudiosos (Máximo, 2010; Puig y Palos,
2
006) plantean que los primeros antecedentes de esta metodología podemos encontrarlos en el
surgimiento, a principios de siglo XX, de la corriente educativa liderada, entro otros, por Dewey
y James. Dewey defendía el aprender haciendo, y James propuso el servicio civil a la
comunidad en sustitución del servicio militar, dando lugar a las primeras experiencias
estructuradas de servicio comunitario estudiantil.
Asimismo, las ideas del pedagogo brasileño Paolo Freire, expuestas en su obra pedagogía
del oprimido (1983), influyeron significativamente en los pioneros del ApS, tanto en EE. UU. -
donde estuvo exiliado algunos años-, como en América Latina.
Por otro lado, el ApS, en su devenir sociohistórico, ha sido interpretado y materializado
de múltiples formas como lo evidencian las diversas definiciones y prácticas halladas. Un estudio
realizado por Kendal (1990 citado en Martínez-Odría, 2008, p. 629) encontró hasta 147 nociones
diferentes en la literatura especializada para significar esta práctica educativa de naturaleza
multidimensional (instituciones y agentes que intervienen, ámbitos donde se desarrolla,
Revista de la Universidad Internacional del Ecuador. URL: https://www.uide.edu.ec/
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