Santiago Rubén Morales-Santillán y Tatiana Katerine Peralta-Herrera
ISSN 2477-9024. Innova Research Journal (Mayo-Agosto, 2023). Vol. N8, No. 2, pp. 52-66
investigativa; ese pilar es la Investigación Formativa, insumo que sirve tanto para docentes como
para estudiantes, para que puedan realizar de manera activa el proceso de enseñanza-aprendizaje
de la adquisición de habilidades, hábitos, competencias, cultura investigativa; es decir, el papel
fundamental que tiene la Investigación Formativa, no es otro que la formación del investigador;
por aquello, se la puede denominar investigación para la formación; es en ese contexto que se ve
a la Investigación Formativa como el arma utilizada para que el docente pueda aproximar y
penetrar en el investigador (estudiante) novel todo el conocimiento científico necesario para llevar
adelante procesos investigativos.
En ese contexto, (Miyahira, 2009; citado por Venegas et al., 2019), manifiesta que la
Investigación Formativa (IF), involucra el progreso de la amplitud para interpretar, analizar y
sintetizar la información por parte de los profesionales en formación; además, de una búsqueda
constante de problemas y su solución; también, capacidades de observar, comparar y describir;
como componentes de la formación del investigador. (p. 121).
Es muy claro que la Investigación Formativa, tiene el propósito de ser el puente y camino
que conduce a la formación del estudiante, para que se convierta en un investigador comprometido
con la evolución que debe tener un proceso de investigación que aspira a ser partícipe de la
solución de alguna problemática que se presenta en determinado sector de la sociedad. Para esto,
las universidades y en especial las universidades de Perú, han asumido el reto de incluir en sus
avances programáticos el desarrollo de la Investigación Formativa como un componente esencial
para la formación de los investigadores; y es desde allí que (Colán, 2020) haciendo alusión a la
Investigación Formativa y a los procesos que están llevando las universidades de Perú, manifiesta
que: “La Investigación Formativa es el nexo entre los procesos programáticos y la gestión
desarrollada por la universidad para que los investigadores alcancen competencias investigativas,
como parte de su adquisición de una cultura de investigación”.
Es entonces, que este proceso de formación es abordado por (Parra, 2004; citado por
Espinoza, 2020); manifiesta que “es la enseñanza por medio de la investigación; el cual, tiene dos
características fundamentales: es una investigación dirigida y orientada por un docente como parte
de su labor académica y profesional; y los investigadores no son profesionales de la investigación,
sino agentes en formación.
En este contexto, tanto docente como estudiantes deben cumplir con su rol, el uno como
formador y el otro como agente en formación; ya que, solo si el docente brinda todo su
conocimiento y apoyo al estudiante en su proceso de aprendizaje para la formación en
investigación, este podrá desarrollar sus competencias investigativas; esto gracias a una muy buena
aplicación de la Investigación Formativa para la formación de estudiantes para que adquieran
habilidades, destrezas, cultura y competencias de investigación.
Para que la Investigación formativa pueda cumplir con el propósito de su aparición, a
medida que ha ido pasando el tiempo, se ha visto la necesidad de formar escuelas de investigadores,
en las cuales, el estudiante o investigador novel, pueda adquirir las habilidades, actitudes,
aptitudes, conocimientos, destrezas, comportamientos, hábitos; es decir, que pueda comenzar a
desarrollar una verdadera cultura investigativa que lo lleve o conjugar todos estos componentes en
uno solo que es la Competencia Investigativa. Estas escuelas de investigadores son los ya muy
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