INNOVA Research Journal 2017. Vol. 2, No.5 pp. 88-105
centrales en común entre las definiciones: Para el economista austriaco (Schumpeter, 1942),
definió a la innovación desde un punto de vista comercial interpretando a la misma como “la
introducción de un bien o producto nuevo para los consumidores o de mayor calidad que los
anteriores, la introducción de un nuevo método de producción en cualquier sector de una
industria, la apertura de nuevos mercados, la mejora en procesos logísticos internos y externos o
la mejora estratégica en las formas de competir en una industria llevando a redefinir a la
industria”
Dentro de las ideas sobre la innovación más marcadas por Schumpeter, encontramos la de
la destrucción creativa, que pone a la innovación como una idea que acaba con las viejas formas
de hacer las cosas e introduce nuevos y superiores paradigmas, más productivos y competitivos,
eliminando o reduciendo los existentes y desarrollando un constante proceso creativo.
Según (Silverberg & Soete, 1988), “la innovación debe considerarse como un proceso
interactivo en el que la empresa además de adquirir conocimientos mediante su propia
experiencia en los procesos de diseño, desarrollo, producción y comercialización, aprende
constantemente de sus relaciones con diversas fuentes externas, entre las que podemos anotar a
los proveedores, consumidores y diversas instituciones, como las universidades, centros de
investigación, consultores y competidores. La interacción entre estos entes difiere según la
industria o sector dependiendo de su tecnología, producto o servicio y por sobretodo del entorno
y sus tendencias. Por otro lado, (Abernathy & Clark, 1985), aportan el concepto de transiliencia,
que define a la innovación con la capacidad para alterar o destruir los sistemas ya implementados
de producción y marketing. Dentro de sus ideas puntualizan que existen innovaciones que
pueden dejar fuera de juego a ciertas empresas competidores y otras innovaciones que pueden
más bien reforzar el status quo del sector.
Para Peter Drucker, reconocida autoridad en la investigación sobre manejo empresarial,
propone que toda organización debe tener a la innovación como su competencia básica y
clasifica a la innovación en: mejora, evolución gestionada e innovación. La mejora pretende
hacer que todo proceso interno de la empresa sea cada vez más eficiente. La evolución
gestionada es el uso de un nuevo producto, proceso o servicio para crear un producto o servicio
aún más nuevo y la innovación es el uso sistemático de los cambios en la sociedad, en la
economía en la demografía y en la tecnología.
Para finalizar (Mortensen & Bloch, 2005), explica a la innovación como un concepto de
implantación de cambios importantes en el producto, proceso, marketing y organización de la
empresa con el firme propósito de mejorar sus resultados. Estos cambios pueden ser realizados
mediante la aplicación de nuevos conocimientos adquiridos o desarrollados internamente o
externamente mediante servicios de asesoría o compras de tecnología.
Se consideran actividades de innovación a todo proceso de mejora en las áreas científicas,
tecnológicas, organizativas, financieras y comerciales. Tanto en las que se haya generado éxito
como en las que estén en curso o se encuentre en algún proyecto que por falta de viabilidad no se
haya llevado a la práctica. La innovación siempre implica el uso de un conocimiento nuevo o de
una combinación de conocimientos ya existentes.
Revista de la Universidad Internacional del Ecuador. URL: https://www.uide.edu.ec/
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