INNOVA Research Journal, ISSN 2477-9024  
(
Correo: innova@uide.edu.ec  
Grupos Focales: Marco de Referencia para su Implementación  
Focus Groups: A Framework for Implementation  
Universidad de Cuenca, Ecuador  
Universidad de Cuenca, Ecuador  
Fecha de recepción:ꢀ22 de abrilꢀdel 2020ꢀ-ꢀFecha de aceptación: 07ꢀde agosto del 2020ꢀꢀ  
Resumen  
La técnica de grupos focales ha sido utilizada por los investigadores en las ciencias sociales y  
comportamentales por más de ochenta años. Sin embargo, debido a la amplia gama de información  
respecto de grupos focales, se consideró pertinente la necesidad de tener una guía clara para la  
ejecución de esta técnica en el área social. En este escenario, el objetivo de la presente revisión de  
la literatura es definir los principios teóricos y criterios esenciales respecto de los grupos focales  
para proveer, tanto a estudiantes como a investigadores, los insumos necesarios requeridos para la  
aplicación de esta técnica, al momento de recabar datos. Este estudio se enmarca en la metodología  
de tipo de revisión bibliográfico descriptivo. En este contexto, se observa que los términos método  
y técnica son usados como sinónimos, siendo estos diferentes en acepción, que no hay consenso  
en el número de preguntas a formular durante la entrevista, y que el número de participantes  
debería constar de seis a diez colaboradores.  
Palabras Clave: grupos focales; entrevista; metodología cualitativa; investigación; participantes  
Abstract  
The focus group technique has been used by researchers in social and behavioral sciences for more  
than eighty years. However, amid a wide spectrum of information regarding focus groups, it is  
pertinent the need to have clear guidelines for its implementation in the social scope. In this  
scenario, the objective of this literature review aims at defining the theoretical principles and  
essential criteria regarding the focus groups to provide both students and researchers with the  
necessary tools required for the implementation of this technique, at the time of collecting data.  
This study is part of the descriptive bibliographic review type methodology. In this context, it is  
observed that the terms method and technique are used as synonyms, these being different in  
meaning, there is no consensus on the number of questions asked during the interview, and the  
number of participants should consist of six to ten collaborators.  
Key Words: focus groups; interview; qualitative methodology; research; participants  
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Introducción  
Los grupos focales, como una herramienta para recabar información cualitativa, se ha  
convertido en una alternativa válida muy utilizada como instrumento de recolección de datos  
cualitativos en diversas áreas del conocimiento en las últimas décadas (Rabiee, 2004). En este  
contexto, esta revisión literaria presenta cinco momentos sobre los grupos focales: antecedentes  
históricos, aproximaciones conceptuales, criterios para su aplicación, análisis de los datos y  
bondades y limitaciones. Con el propósito de entender la razón de los grupos focales, es  
importante analizar su trayectoria en el tiempo, por lo tanto, se ha llevado a cabo un breve  
análisis histórico. A continuación, se ha realizado una revisión de conceptos con el propósito de  
aterrizar en una noción clara para tener una mejor comprensión de lo que es un grupo focal.  
Respecto de los criterios, se consideran ciertas características de los grupos focales entre las  
cuales constan una guía para la entrevista, la forma de selección de los participantes, la duración  
de la entrevista, el número de participantes y las características del moderador. Este trabajo  
concluye presentando recomendaciones para el análisis de los datos y las bondades y  
limitaciones de la implementación de la técnica de grupos focales.  
Métodos  
Durante la aplicación de grupos focales para estudios doctorales, se observó la carencia de  
información base que provea al investigador de un sustento teórico claro y de pasos concretos a  
seguir para la implementación de esta técnica al momento de recolectar datos. Guirao Goris  
(
2015) menciona que “la rápida progresión del conocimiento científico mediado por la aparición  
creciente de publicaciones en un medio como la internet requiere la realización de revisiones de  
la literatura científica que nos permitan tener un conocimiento actualizado sobre un tema de  
interés” (p. 1). Por consiguiente, surge la necesidad de trabajar en una revisión de la literatura  
con el objetivo de recolectar información de varias fuentes respecto de grupos focales para  
aterrizar en un documento guía que indique objetivamente qué es un grupo focal y cuáles son sus  
implicaciones al momento de su aplicación. En este marco, es importante comprender que la  
revisión de varias fuentes permite al investigador diagnosticar e identificar qué se conoce y qué  
se desconoce respecto de éste.  
Este estudio se enmarca en la metodología de tipo de revisión bibliográfico descriptivo  
que según Day (2005) “proporciona al lector una puesta al día sobre conceptos útiles en áreas en  
constante evolución. Este tipo de revisiones tiene una gran utilidad en la enseñanza y también  
interesará a muchas personas de campos conexos” (p. 11). Para realizar esta revisión  
bibliográfica descriptiva se consultaron alrededor de sesenta y cinco insumos como artículos  
científicos, libros, sitios web oficiales, entre otros. También se tomó como referencia a Hart  
(
2018), quién recomienda enfocarse en ocho preguntas clave para tamizar objetivamente la  
información perteneciente al tema; sin embargo, seis han sido usadas debido a la especificidad  
del estudio: ¿Cuáles son las teorías, conceptos e ideas clave en el tema? ¿Cuáles son las fuentes  
clave? ¿Cuáles son las cuestiones principales y las controversias sobre el tema? ¿Cuál es el  
origen y la definición del tema? Y ¿Cómo se estructura y se organiza el conocimiento sobre el  
tema?  
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Antecedentes históricos  
Los métodos de grupos focales se convirtieron en los pilares fundamentales de  
transmisión ancha, mercadeo e investigación sobre opinión pública luego de la Segunda Guerra  
Mundial, pero también fueron altamente ignorados en investigación y evaluación académica  
hasta finales de los años 70 (Merton R. K., 1987).  
A lo largo de la historia se observa que investigadores que han trabajado con grupos en  
disciplinas básicas y aplicadas como administración, antropología, ciencias de la salud, ciencias  
políticas, comunicación, educación, gerontología, ingeniería en sistemas, marketing, psicología  
social, psicoterapia y sociología, han utilizado la técnica de grupo focal como una fuente  
confiable para la recolección de información primaria (Stewart & Shamdasani, 2015).  
Kidd y Parshall (2000) mencionan que el método de los grupos focales se desarrolló a  
partir de los métodos de investigación diseñados por Paul Lazarsfeld, Robert Merton y sus  
colegas en el Departamento de Investigación Social Aplicada de la Universidad de Columbia,  
Estados Unidos, con el propósito de evaluar las respuestas a propaganda y a transmisiones de  
radio durante la Segunda Guerra Mundial. Por su parte, Lazarsfeld había ideado un sistema  
electrónico para la grabación cuantitativa de reacciones tanto positivas como negativas de la  
audiencia, por lo que invitó a Merton para que colabore en el desarrollo de mejores métodos de  
obtención de la información (Merton, Fiske, & Kendall, 1990).  
Este método, originalmente conocido como entrevista focal (Merton R.K., 1987), fue  
utilizado tanto para entrevistas grupales como individuales, siendo más comunes las grupales. En  
este contexto, Merton y sus colegas manifestaron que las entrevistas grupales podían liberar o  
incrementar el nivel de inhibición en los participantes, dependiendo del tema y de la  
composición del grupo (Kidd & Parshall, 2000).  
Merton et al. (1990) consideraban que ciertas ventajas de la entrevista grupal eran, por  
ejemplo, una mayor cantidad de respuestas y obtención de algunos detalles que de otra manera  
podrían ser pasados por alto. Por otro lado, entre las desventajas se destacaban la desviación a  
temas irrelevantes y la competencia entre los miembros del grupo por dominar la entrevista.  
Adicionalmente, Kidd y Parshall (2000) dan a conocer que el aspecto más sobresaliente de las  
entrevistas focales, en contraposición con métodos más convencionales de investigación que  
utilizaban entrevistas, constaba el hecho de que todos los entrevistados se destacaban por haber  
experimentado, según Merton y Kendall (1946), algún tipo de situación concreta y particular, la  
que se convirtió en el foco de la entrevista. Asimismo, los investigadores habían realizado un  
tipo de análisis a priori de aquella situación focal con el objetivo de desarrollar una guía de  
entrevista para obtener información relevante sobre las preguntas de investigación e hipótesis  
(Kidd & Parshall, 2000). En esta misma línea, estos autores sostienen que la idea no era elaborar  
una entrevista altamente estructurada. Al contrario, se debía trabajar con preguntas que  
motivasen a los miembros del grupo a expresarse libremente; esto daba lugar a que, al enfocarse  
en preguntas simples sobre aspectos específicos de un programa, producto o evento, era posible  
ir más allá de una mera interpretación de lo que estaba bien o de aquello que era erróneamente  
percibido.  
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Aproximaciones conceptuales  
Escobar y Bonilla-Jiménez (2017) sostienen que los grupos focales provienen de  
diferentes posturas epistemológicas, como el realismo y el constructivismo contextual. En el  
realismo los datos son analizados desde categorías preexistentes, buscando la consistencia del  
significado entre múltiples análisis y aplicando los conceptos de confiabilidad y validez. Por su  
parte, el constructivismo contextual considera que no existe una sola realidad que pueda ser  
revelada a través de la correcta aplicación de un método. Estos autores concluyen que el  
conocimiento es temporal y dependiente del contexto; por lo tanto, refuta los criterios de  
objetividad y la confiabilidad a favor de estrategias de reflexión y articulación por parte del  
investigador. (Escobar & Bonilla-Jimenez, 2017).  
Powell, Single, y Loyd (1996) definen al grupo focal como “un grupo de individuos  
seleccionados y reunidos por el investigador con el propósito de discutir y comentar, desde su  
experiencia, sobre un tema que es el objeto de estudio de la investigación” (p. 499).  
Adicionalmente, Thomas, MacMillan, McColl, Hale, y Bond (1995) sostienen que un grupo  
focal es una técnica que involucra una entrevista a profundidad en la que los participantes son  
seleccionados a propósito, conformando una muestra de una población específica con el objetivo  
de enfocarse en un tema dado.  
Martínez Reyes (2012) manifiesta que, “aunque más conocida como grupo focal, esta  
técnica también recibe los nombres de entrevista de grupo focal, grupo de discusión, discusión de  
grupo y se le conoce en inglés como focus group o group interview” (p. 47). Adicionalmente,  
este autor sostiene que es una técnica de recolección de datos de tipo cualitativo ubicada dentro  
de la entrevista, pero con carácter grupal que se usa dentro de las ciencias sociales.  
Por su parte, Morgan (1997) indica que la información que se obtiene de un grupo focal  
proviene de la interacción de los participantes y es en esencia el interés del investigador lo que  
provee el foco. Asimismo, Dörnyei (2007) resalta que las entrevistas a grupos focales son  
algunas veces consideradas como una subclase de entrevistas debido a que el formato utilizado  
en el rol del entrevistador es diferente al del rol de una entrevista individual. En este contexto, un  
grupo focal requiere de un formato especial en donde el entrevistador graba las respuestas de un  
grupo pequeño, usualmente conformado por 6 a 12 miembros.  
Por su parte, Edmunds (1999) menciona que los grupos focales dan lugar a que el  
investigador capte los comentarios subjetivos, para luego evaluarlos, buscando de esta manera  
proveer un entendimiento de las percepciones, los sentimientos, las actitudes y las motivaciones  
de los miembros del grupo.  
Para Martinez-Migueléz (1999), el grupo focal es el método de investigación colectivista,  
más que individualista, que se centra en la pluralidad y variedad de las actitudes, experiencias y  
creencias de los participantes, y lo hace en un espacio de tiempo relativamente corto.  
Adicionalmente, Dörnyei (2007) indica que este método constituye una forma económica de  
juntar una gran cantidad de información cualitativa y luego utilizarla para una variedad de  
propósitos en diferentes áreas, pues se basa en la experiencia colectiva, lo que permite que los  
participantes se inspiren, cuestionen y reaccionen frente a situaciones emergentes. Bertoldi,  
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Fiorilo, y Alvarez (2006), por su parte, consideran que un grupo focal usualmente está  
constituido por un conjunto de individuos quienes se convierten en los informantes. En este  
contexto, el investigador primero los selecciona y los organiza alrededor de un tema. Luego  
coordina el proceso de interacción, discusión y elaboración de acuerdos en un mismo espacio y  
en un tiempo definido. En este mismo escenario, Edmunds (1999) recomienda utilizar grupos  
focales cuando el concepto o tema que se pretende evaluar es relativamente nuevo y se requiere  
obtener ideas creativas. Asimismo, para Krueger y Casey (2000), el grupo focal busca un  
espectro de ideas y sentimientos que los individuos del grupo tienen sobre ciertos temas.  
Además, el propósito es discutir situaciones que influyan en opiniones, conductas y  
motivaciones. Por lo tanto, si se desea que surjan ideas del grupo, éste tiene la capacidad de  
convertirse en más que la suma de sus partes, pues tiene la ventaja de dar a conocer una energía  
que las personas cuando están solas no pueden. Según Rabiee (2004), los grupos focales proveen  
una amplia gama de ideas y sentimientos que los individuos tienen sobre cierto tema, a la vez  
que resaltan las diferencias en las perspectivas de los miembros del grupo. Adicionalmente,  
Green, Draper, y Dowler (2003) recuerdan que lo singular del grupo focal es su habilidad para  
generar datos basados en la sinergia de la interacción grupal.  
Hamui-Sutton y Varela-Ruiz (2013) establecen que los grupos focales tienen la bondad de  
recolectar información respecto de sentimientos, pensamientos y vivencias de los participantes,  
provocando auto explicaciones con el propósito de obtener datos cualitativos. Finalmente,  
Nyumba, Wilson, Derrick, y Mukherjee (2018) indican que el grupo focal es una técnica  
utilizada para entender problemas sociales a profundidad.  
Criterios para su aplicación  
Nyumba et al. (2018) establecen que la técnica de grupo focal tiene como objetivo  
obtener datos de un grupo de individuos deliberadamente seleccionados y de forma presencial.  
Sin embargo, McDermott (2013) menciona que también es factible aplicar esta técnica a través  
de webcams, entornos virtuales y redes sociales.  
Guía para la entrevista  
La entrevista es la etapa fundamental del grupo focal, ya que de allí sale la información  
cualitativa. Por lo tanto, es importante tener una idea clara del número de preguntas a hacer, el  
tipo de preguntas y consideraciones respecto de cómo llevar a cabo la entrevista grupal. Morgan  
(
1997) resalta que el objetivo de una guía es recabar información significativa respecto del tema  
investigado. En este escenario, Merton et al. (1990) enfatizan cuatro puntos importantes para la  
entrevista grupal. Primero, la entrevista debería incluir un grupo de preguntas que son relevantes  
al tema. Segundo, ésta debería recoger información específica sobre lo tratado. Tercero, la  
entrevista debería promover la interacción que permita examinar los sentimientos de los  
participantes con cierta profundidad. Cuarto, tomar nota del contexto personal descrito durante la  
entrevista, pues a menudo los participantes no están conscientes de sus propias perspectivas hasta  
que interactúan con otros. Por su parte, Redmond y Curtis (2009) añaden que el objetivo de un  
grupo focal es crear un ambiente en donde salgan a la luz una gran variedad de perspectivas. De  
esta manera, la guía se convierte en una herramienta que permite que la información fluya a lo  
largo de la entrevista, de inicio a fin (Vaughn, Shay Schumm, & Sinagub, 1996)  
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Redmond y Curtis (2009) indican que la estructura de un diálogo en un grupo focal  
dependerá del tipo de entrevista que se va a aplicar. Morgan (1997), por su parte, manifiesta que  
uno de los tipos de entrevista es la estructurada. Esta requiere de cuatro a cinco preguntas que se  
llevan a cabo presencialmente.  
Krueger y Casey (2002) sostienen que el conjunto de preguntas se conoce como  
questioning route” que en español significa una “hoja de ruta”. Estos autores recomiendan que  
se debería elaborar alrededor de doce preguntas para un tiempo aproximado de dos horas.  
Adicionalmente, sugieren tener en cuenta tres pasos a seguir para la elaboración de estas  
preguntas: i. realizar una lluvia de ideas respecto del tema a investigar, ii. elaborar un borrador  
de las preguntas y iii. validar las preguntas a través de la técnica de revisión.  
Aigneren (2002) y Krueger (2006) coinciden en que el número de preguntas debe  
mantenerse entre cinco y seis y que estas tienen que ser de tipo abiertas.  
Krueger y Casey (2002) indican que las preguntas deben ser realizadas de manera exacta  
como fueron redactadas. Stewart y Shamdasani (2015) y Escobar y Bonilla-Jimenez (2017)  
concuerdan en que una buena guía de entrevista consta de preguntas simples, sin ambigüedad,  
que guíen a los participantes y que deberían partir de preguntas generales a preguntas más  
específicas.  
Participantes y su selección  
Redmond y Curtis (2009) recuerdan que se utilizan los grupos focales cuando se requiere  
recabar información específica de personas con ciertas características y con un conocimiento  
similar sobre un tema particular. En este sentido, Krueger (1990) y Litosseliti (2003) mencionan  
que los individuos que conforman un grupo se sienten más libres de expresar sus puntos de vista  
cuando notan que los otros miembros son similares a ellos; por consiguiente, las características  
de los participantes de un grupo focal estarían definidas por el propósito de la investigación, el  
que considera factores biológicos como la edad, sexo, antecedentes educativos y conocimientos y  
experiencia sobre el tema tratado (Redmond & Curtis, 2009). Sobre este mismo tema, Vaughn et  
al. (1996) comentan que las variables más comunes al momento de seleccionar a los  
participantes de un grupo focal son edad, sexo, raza y clase social.  
Adicionalmente, Stewart y Shamdasani (2015) comentan que aquellos individuos que han  
sido seleccionados para participar en una investigación deberían estar dispuestos y preparados  
para proveer la información requerida. Morgan (1997), por su parte, sugiere que los participantes  
de un grupo focal deberían ser elegidos utilizando una muestra intencional. Escobar y Bonilla-  
Jimenez (2017) sostienen que los participantes pueden provenir de grupos homogéneos o  
heterogéneos, dependiendo del estudio. Sin embargo, estos autores recomiendan tener un grupo  
homogéneo si el estudio tiene como objetivo recabar información que provenga de experiencias  
compartidas. Finalmente, Talbot (1995) y Polit y Tatano Beck (2006) proponen a los  
investigadores seleccionar a los participantes de un grupo focal tomando en cuenta su  
conocimiento y experiencia con respecto al tema a investigar.  
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Bloor, Frankland, Thomas, y Robson (2001) indican que la interacción entre los  
participantes constituye un elemento clave al momento de conformar los grupos focales. Por su  
parte, Redmond y Curtis (2009) añaden que cuando se selecciona a los participantes, es  
fundamental asegurarse que cada miembro esté dispuesto a colaborar. Asimismo, es necesario  
que los participantes se sientan cómodos interactuando entre ellos; por consiguiente, se debe  
evitar que exista una gran disparidad con respecto a sus antecedentes sociales. En este escenario,  
Morgan (1997), recuerda que, si bien el objetivo de un grupo focal es la homogeneidad, ésta  
tiene que ver con la homogeneidad en bagaje cultural y no actitudinal. Finalmente, Redmond y  
Curtis (2009) recuerdan que es el investigador quien tiene que tomar una serie de decisiones  
clave basadas en los objetivos de su investigación.  
Duración de la entrevista  
Con respecto a la entrevista, esto dependerá de la complejidad del tema investigado y del  
número de preguntas, pues podría durar entre una y dos horas (Redmond & Curtis, 2009). En  
este mismo escenario, Gibson (2007) sugiere que los adolescentes pueden mantener su atención  
no más de cuarenta y cinco minutos a una hora; mientras que los jóvenes adultos, con un  
moderador experimentado, la atención y fluidez en la discusión se puede mantener hasta noventa  
minutos. Krueger y Casey (2000) advierten que dos horas es el límite físico y psicológico de las  
personas y que la entrevista con un grupo focal no debería prolongarse más allá de ese tiempo.  
Kuhn (2018) menciona que normalmente un grupo focal puede durar entre una y dos horas,  
enfatizando en las ventajas y desventajas que estos dos rangos de tiempo podrían tener. Este  
autor sostiene que la ventaja de tener un grupo focal de sesenta minutos es que en una tarde o en  
un día el investigador puede abarcar la aplicación de un mayor número de grupos focales,  
incluyendo una gran variedad de participantes. Por otra parte, indica que dos horas es el tiempo  
promedio ya que permite obtener información relevante al estudio y a los objetivos de  
investigación. Finalmente, recomienda que el tiempo de un grupo focal se mantenga en noventa  
minutos por tres razones: i. permite acoger a más grupos en una sola tarde, optimizando el  
tiempo de aplicación. ii. permite al investigador tener el tiempo suficiente para crear el ambiente  
apropiado para la aplicación del grupo focal. Y iii. permite a los participantes mantenerse  
enfocados en la discusión, evitando la fatiga.  
Número de participantes  
La literatura menciona que existen varios pronunciamientos con respecto al número  
óptimo de participantes en un grupo focal. Por un lado, Morgan (1997) y Bloor et al. (2001)  
comentan que algunos autores sugieren conformar los grupos con seis hasta diez participantes.  
Por otro lado, Pugsley (2018) reporta que ciertos investigadores han utilizado desde tres hasta  
catorce individuos. En todo caso, el número ideal de participantes dependerá del tema a tratarse y  
del conocimiento que estos tengan de este. Morgan (1997) recomienda conformar el grupo focal  
con diez o doce miembros, mientras que Krueger y Casey (2000) recomiendan trabajar con seis  
hasta ocho participantes con el propósito de que el moderador pueda manejar la discusión.  
Kuhn (2018) menciona que una de las ventajas de tener un grupo pequeño (cuatro-seis) es  
que se elimina el cansancio que se experimenta en grupos más grandes, evitando la fatiga de los  
participantes.  
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Dörnyei (2007) por su parte indica que el tamaño de un grupo focal varía de entre seis y  
diez participantes, y en algunos casos hasta doce. Sin embargo, indica que, de tener menos de  
seis participantes, se limitaría el pensamiento colectivo y se dificultaría la participación  
individual.  
Finalmente, la literatura recomienda tener de entre seis a diez participantes por grupo. Sin  
embargo, Escobar y Bonilla-Jimenez (2017) sugieren que “el tamaño del grupo focal también  
depende del nivel de profundidad que se le va a dar a la entrevista por parte del investigador y de  
los objetivos de la investigación.”  
El moderador  
Redmond y Curtis (2009) manifiestan que la entrevista de un grupo focal es conducida  
por un facilitador conocido como moderador. Zavaleta (2016) indica que el moderador “dirige el  
diálogo basado en una guía de entrevista previamente elaborada, da la palabra a los participantes  
y busca estimular su participación equitativa” (p. 3). Por su parte, Stewart et al. (2007) sostienen  
que el moderador es una persona clave al momento de recabar información válida del grupo.  
Hamui-Sutton y Varela-Ruiz (2013) mencionan que es importante que el moderador cuente con  
una guía de entrevista y que determine los acuerdos previos a la aplicación del grupo focal,  
aclarando los objetivos y las instrucciones a tomarse en cuenta durante la entrevista. Por ejemplo,  
quién realiza las preguntas y quién las contesta.  
Karger (1987), Hamui-Sutton y Varela-Ruiz (2013) y Zavaleta (2016) han recolectado  
información respecto de las características principales que debe tener en cuenta un moderador  
para llevar a cabo un grupo focal de manera eficiente. A continuación, se condesan estas  
características en la siguiente tabla:  
Tabla. 1  
Características para la aplicación de un grupo focal  
Involucrar sutilmente a los participantes en la discusión.  
Motivar hábilmente a que interactúen entre ellos para lograr una sinergia óptima.  
Permitir que la sesión fluya naturalmente.  
Manejar el silencio adecuadamente.  
Karger (1987)  
Permanecer sin poses autoritarias y sin ningún tipo de prejuicios con respecto a lo que  
manifiestan los participantes del grupo focal.  
Conocer el tema que va a indagar.  
Dar especificidad a las situaciones referidas.  
Mantenerse abierto a cualquier novedad que surja en el proceso y explorarla.  
Cuidar las relaciones interpersonales durante la conversación.  
Tener claridad y sencillez de expresión lingüística.  
Hamui-Sutton y  
Varela-Ruiz (2013) Ser amable y mostrar sensibilidad de escuchar con atención.  
Dar confianza a los participantes, tomando en cuenta lo que dicen y absteniéndose de  
dar su opinión.  
Mantener una mentalidad abierta a explorar cualquier novedad que surja en el  
proceso.  
Zavaleta (2016)  
Cuidar las relaciones interpersonales entre los participantes durante la entrevista.  
Fuente: elaboración propia  
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Zavaleta (2016) manifiesta incluir a un relator durante el grupo focal con el objetivo de  
llevar una bitácora de la información que se proporcione durante la sesión, a pesar de que esta  
sea grabada. Estos datos complementan el análisis y son de gran importancia ya que podría haber  
información que el moderador no logre captar.  
Finalmente, Hamui-Sutton y Varela-Ruiz (2013) sugieren que el moderador debe  
agradecer a los participantes por su valiosa colaboración y respaldar los datos recolectados  
durante una sesión, para a posteriori realizar la respectiva trascripción.  
Análisis de los datos  
La investigación cualitativa y, en particular las entrevistas a grupos focales, genera una  
gran cantidad de información, que resulta abrumadora no sólo para los investigadores novatos  
sino también para los experimentados, pues una hora de entrevista usualmente toma de cuatro a  
cinco horas para transcribirla y genera de treinta a cuarenta hojas (Rabiee, 2004). Por su parte,  
Krueger y Casey (2000) mencionan que el propósito del análisis es canalizar los datos  
recolectados, concentrándose en el objetivo principal. Asimismo, Rabiee (2004) considera que, a  
pesar de que la mayor fuente de análisis de los datos proviene del lenguaje hablado grabado, las  
reflexiones sobre la entrevista, el lugar donde se realiza y el registro de la comunicación no  
verbal expresada por los miembros del grupo, aportan significativamente en la construcción y  
análisis de la información. Adicionalmente, este autor manifiesta que la forma de registrar la  
información se la puede realizar a través de la grabación de un audio o un video, acompañado de  
un diario, en donde el moderador o facilitador anota sus observaciones, las que deberían ser  
registradas inmediatamente después de la entrevista.  
El proceso de análisis de los datos cualitativos es una de las etapas más importantes de la  
investigación ya que de allí se obtiene la información para responder las preguntas de  
investigación basadas en datos confiables. En este marco, es clave tener presente diferentes tipos  
de software y métodos para llevar a cabo un análisis objetivo de la información recabada. Una  
revisión de la literatura muestra que los tipos de software y métodos más utilizados son: NVivo,  
ATLAS.ti, análisis temático, y teoría fundamentada.  
ATLAS.ti  
ATLAS.ti es un software propio que permite al investigador conocer y codificar  
sistemáticamente y a profundidad los datos recolectados, a través de la exploración de  
información con el editor de red, la herramienta de búsqueda de texto, nubes y tablas de  
frecuencia de palabras. ATLAS.ti cuenta con su versión 8 que es la más reciente y está  
disponible para Windows y Mac. No obstante, la versión 7 continúa siendo ampliamente  
utilizada (ATLAS.ti, 2012).  
NVivo  
NVivo es un software propio diseñado principalmente para el análisis de datos  
cualitativos a través de la organización y gestión de información que proviene de entrevistas,  
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encuestas y datos de artículos científicos, con el objetivo de encontrar perspectivas en el  
estudio. Al momento NVivo cuenta con su última versión que es la 12; sin embargo, la versión  
1
1 está disponible para Windows y Mac en un periodo de prueba gratuita de catorce días  
(NVivo, s.f.).  
Análisis Temático  
El método de análisis temático (AT) permite al investigador examinar datos cualitativos,  
provenientes de varias áreas del conocimiento para encontrar patrones de significados y dar  
respuesta a las preguntas de investigación planteadas en un estudio mixto o cualitativo. Existen  
seis fases para llevar a cabo un análisis temático: i. familiarización con la información  
recolectada. ii. generación de códigos. iii. generación de temas potenciales. iv. delimitación de  
temas. v. definición y categorización de temas. vi. redacción del análisis (The University of  
Auckland, s.f.).  
Teoría Fundamentada  
La teoría fundamentada es uno de los métodos más utilizados en la investigación  
cualitativa (Dörnyei, 2007).  
La teoría fundamentada es un método de investigación naturalista que se utiliza  
principalmente para generar teoría. El investigador comienza con una consulta amplia en un área  
temática particular y luego recopila información relevante sobre el tema. A medida que  
continúan los procesos de acción de recopilación de datos, cada información se revisa, compara y  
contrasta con otra. A partir de este proceso de comparación constante, los puntos en común y las  
diferencias entre las categorías de información se vuelven claros y, en última instancia, se  
desarrolla inductivamente una teoría que explica las observaciones. Por lo tanto, las consultas  
que serán respondidas a través de la teoría fundamentada no se relacionan con dominios  
específicos sino con la estructura de cómo el investigador quiere organizar los hallazgos. (Glaser  
&
Strauss, 1999, p. 3)  
Codificación  
Coffey y Atkinson (1996) indican que es importante que el investigador codifique los  
datos con el objetivo de que la información recabada de las entrevistas de los grupos focales vaya  
tomando forma y respondiendo a las preguntas de investigación. Sin embargo, no existe un  
proceso determinado para la codificación de información en la etapa del análisis de datos.  
DeCuir-Gunby, Marshall, y McCulloch (2011) recomiendan codificar los datos que  
provienen de: la información de la revisión de la teoría (theory-driven), la información de los  
datos recolectados (data-driven) y de los objetivos de la investigación (structural) que derivan del  
análisis de los datos primarios.  
Corbin y Strauss (2014), sostienen que existen dos niveles principales de codificación:  
codificación abierta y codificación axial. DeCuir-Gunby et al. (2011) explican que la  
codificación abierta permite explorar los datos primarios para crear códigos y conceptos. Estos  
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autores recomiendan usar esta codificación al inicio de la sistematización de los datos  
provenientes de las entrevistas de los grupos focales. Por otra parte, una vez que los códigos han  
sido creados, es necesario proceder con la codificación axial, permitiendo al investigador  
identificar cualquier tipo de conexión que pudiese existir entre los códigos creados en el proceso  
inicial.  
Bondades y limitaciones de los grupos focales  
Acocella (2012) indica que la técnica de grupo focal ha sido recientemente redescubierta  
por investigadores del área social y que en la actualidad se ha convertido en una técnica de  
investigación innovadora. En este escenario, es importante mencionar las bondades y  
limitaciones que los investigadores podrían afrontar durante su implementación.  
Bondades  
Dörnyei (2007) sostiene que los grupos focales son altamente flexibles ya que son  
utilizados en una gran variedad de áreas del conocimiento, por ejemplo, en el contexto educativo,  
estos son usados para evaluar el currículo y verificar la efectividad de un curso en particular con  
el propósito de comprender que es lo que no está funcionando y por qué. En este contexto, el  
autor recuerda que una de las ventajas de emplear grupos focales consiste en que las personas  
usualmente aceptan participar ya que consideran las sesiones agradables y estimulantes,  
obteniendo información valiosa. Adicionalmente, debido a que los grupos focales son versátiles  
y permiten obtener información más profunda, son a menudo utilizados en investigación mixta.  
También Stokes y Bergin (2006) indican que la aplicación de esta técnica no conlleva un gasto  
económico significativo para los investigadores. Finalmente, esta técnica permite generar ideas  
que son valiosas en la construcción de cuestionarios y de entrevistas a profundidad para la  
obtención de datos en varias áreas del conocimiento.  
Limitaciones  
Dörnyei (2007) recuerda que las limitaciones de los grupos focales están relacionadas con  
el hecho de que las entrevistas requieren de mucha preparación antes de implementarlas.  
Asimismo, el moderador precisa llevar a cabo una serie de funciones simultáneamente como:  
grabar, realizar las preguntas, filmar, asegurase de que todos participen, entre otras. Por su parte,  
Smithson (2000) menciona dos posibles limitaciones de los grupos focales: la primera tiene que  
ver con la tendencia a que sólo ciertas opiniones que son socialmente aceptadas emerjan y la  
segunda está relacionada con el hecho de que algunos participantes tiendan a dominar la  
entrevista. Adicionalmente, Acocella (2012) sostiene que una posible limitación sería el silencio  
del participante como una estrategia defensiva, proveniente del estrés de estar en un grupo.  
Finalmente, Dörnyei (2007) manifiesta que una entrevista focal puede ser difícil de transcribir ya  
que involucra a varias personas y muchas veces es complicado identificar qué participante tomó  
la palabra y en qué momento. Para evitar este inconveniente, el autor indica que ciertos  
investigadores recomiendan filmar la entrevista.  
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Recomendaciones y Conclusiones  
Se finaliza esta revisión sistemática de la literatura presentando recomendaciones y  
conclusiones respecto de la implementación de los grupos focales.  
Con respecto al número y al tipo de preguntas, se sugiere que sean relevantes al tema y  
que provean la interacción necesaria para examinar a profundidad las experiencias de los  
participantes. En este contexto, la recomendación general es que este set de preguntas se alinee a  
los objetivos de la investigación.  
El rol del moderador es trascendental en el desarrollo de la técnica de grupo focal, ya que  
es el encargado de crear el ambiente propicio para la obtención de la información por parte de los  
participantes. También es importante recalcar que la aplicación de un grupo focal demanda  
logística y tiempo, ya que su implementación normalmente requiere de 30 a 60 minutos. En este  
escenario, es necesario utilizar varios recursos para la grabación de la entrevista con el propósito  
de respaldar los datos recopilados durante esta sesión.  
A lo largo de la revisión de la literatura se observó que algunos autores utilizaban la  
palabra técnica, mientras que otros utilizaban el término método para referirse a un grupo focal.  
Estos términos fueron a menudo utilizados como sinónimos; sin embargo, existe una diferencia  
entre ellos. La técnica es el conjunto de recursos utilizados para alcanzar un objetivo, mientras  
que el método es el proceso que se sigue al momento de obtener una meta. En este marco, se  
considera que el método es más abarcador y la técnica es parte de este método. En el caso  
concreto de grupos focales, estos serían en realidad una técnica ya que requieren de ciertos  
lineamientos y recursos para su ejecución.  
Finalmente, existen varias posiciones respecto del número de participantes dentro de un  
grupo focal. Los estudios dan a conocer números que varían de acuerdo al tipo de investigación y  
al entorno, concluyendo que el número promedio estaría entre seis a diez participantes.  
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